En este artículo hablaremos de la custodia monoparental en España, también llamada custodia exclusiva. Este tipo de custodia es uno de los regímenes de guarda contemplados en la legislación española, en concreto en el Artículo 92.4 del Código Civil.
Se trata de la opción de guarda y custodia más utilizada en España, así lo ha sido de manera tradicional, aunque en los últimos años la tendencia es a la baja debido al auge de la modalidad de custodia compartida.
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La custodia monoparental o exclusiva es un régimen de custodia en el que la convivencia con el menor, la educación y su cuidado es atribuida a un progenitor, llamado progenitor custodio.
Posee ventajas, como la estabilidad de los más pequeños al no hacerles cambiar constantemente de domicilio, de entorno y de hábitos (tal y como ocurre con la custodia compartida). Es por esto que la jurisprudencia mayoritariamente se decide por otorgar custodias exclusivas, de manera general y tradicional, a la madre.
A la hora de llevar a cabo un divorcio o una separación matrimonial, es necesario acordar cómo será el régimen de custodia de los hijos (si existiesen). Con la custodia exclusiva, uno de los dos progenitores ostenta la custodia completa, conviviendo con ellos y cuidándolos.
El progenitor no custodio podrá ver a sus hijos cumpliendo un régimen de visitas, además de ayudar a satisfacer sus gastos con una pensión de alimentos.
Te explicamos la mejor forma de conseguir la custodia exclusiva en España:
Sí, la custodia exclusiva o monoparental puede ser establecida a través de un Convenio Regulador de mutuo acuerdo por los progenitores. Es la mejor forma de conseguirla, llegando a un acuerdo entre ambos y evitando juicios y dolores de cabeza.
Este acuerdo debe consistir, además de en la atribución de la custodia, en fijar el régimen de visitas que el progenitor no custodio debe cumplir, así como la cantidad que deberá pagar en concepto de pensión de alimentos para sus hijos.
Este Convenio debe ser ratificado por los dos progenitores, y aprobado por parte del Ministerio Fiscal, quien sólo mirará por el beneficio del menor y no por el de sus padres.
En caso de desacuerdo entre las partes, existirá un procedimiento judicial, pues el divorcio será contencioso. Será el juez quien decida el régimen de guarda y custodia, siempre atendiendo a los intereses del menor y no de los progenitores. Antes de tomar esta decisión, debe:
- Ser informado por parte del Ministerio Fiscal y recabar su informe.
- Escuchar a los menores de edad involucrados (siempre que tengan juicio suficiente).
- Valorar las pruebas y alegaciones de ambas partes.
En estos casos, es necesario contar con un abogado especialista en Derecho de Familia, que nos ayude a cumplir nuestros objetivos.
Para tomar una decisión a la hora de elegir una forma de custodia (y, en caso de custodia monoparental, a qué progenitor se le asigna), el tribunal atenderá a distintas consideraciones como:
- Edad y sexo del niño.
- Estado de salud, tanto mental como física, de todas las partes involucradas.
- Deseos del niño, siempre que pueda ser escuchado (es necesario que tenga juicio suficiente, y esto depende de cada caso en concreto, pero por lo general suele ser entre los 10 y 16 años de edad). Un niño no puede decidir con cuál de sus progenitores vivir como tal, pero su opinión y deseos serán tomados en consideración.
- El grado de adaptación del niño a su comunidad, su escuela, su hogar, su entorno. Para niños que están bien adaptados, será una contra el cambio.
- La relación que el menor tenga con ambos progenitores, y también con sus hermanos.
- Los horarios de trabajo de los progenitores.
- Quién ha sido el principal cuidador del niño mientras la pareja se mantenía.
Sí. Debido a la protección del interés del menor, el cuál está por encima que cualquier interés que los progenitores posean (por eso se llama interés superior del menor).
Tanto durante el procedimiento como una vez dictada la sentencia firme de divorcio, puede perderse este derecho de vivir con los descendientes, si se ve afectada su estabilidad o no se dan las condiciones óptimas para su educación y desarrollo. Esto implica que los menores no puedan verse afectados por malas decisiones de sus progenitores.
Las principales causas por las que puede perderse la custodia sin: