La conducción temeraria es un comportamiento peligroso que puede poner en riesgo la vida de los conductores y de los demás usuarios de la vía. A pesar de que se trata de una infracción de tráfico muy grave, la tipificación de esta acción es difusa y puede quedar a criterio del agente de la autoridad.
En este artículo, analizaremos en qué casos se comete este delito, cuáles son sus formas y qué penas conlleva. Además, veremos cómo podemos evitar este tipo de conductas al volante y fomentar una conducción segura y responsable.
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La normativa contempla la conducción temeraria como un concepto amplio que puede incluir diversas conductas. Sin embargo, tanto la Guardia Civil de Tráfico como la DGT coinciden en que siempre implica un evidente y manifiesto peligro para el conductor, los pasajeros y otros usuarios de la vía.
El artículo 380 del Código Penal establece que la conducción temeraria implica conducir un vehículo de motor o ciclomotor de manera imprudente, poniendo en peligro la vida o integridad física de las personas. En otras palabras, cualquier acción que amenace la seguridad del conductor, sus pasajeros o demás usuarios de la carretera.
El artículo 3.1 del Reglamento General de Conductores prohíbe de manera terminante la conducción negligente o temeraria, y establece que se debe conducir con diligencia y precaución para evitar daños propios o ajenos, sin poner en peligro a nadie.
Existen diversas situaciones que pueden ser consideradas como conducción temeraria, como conducir con un nivel de alcohol en sangre por encima de lo legal o haber consumido drogas.
Es importante recordar que el agente tiene presunción de veracidad ante la ley, pero se pueden aportar pruebas para demostrar lo contrario.
La infracción grave de la conducción negligente se relaciona principalmente con conductores distraídos que no prestan la debida atención a la carretera o que exceden ligeramente el límite de velocidad.
Esto incluye el uso del teléfono móvil mientras se conduce, lo cual conlleva una multa de 200 euros y la pérdida de hasta seis puntos del carnet. También se considera negligente el manejo de las populares pantallas multimedia mientras se conduce.
Algunos ejemplos de conducción negligente incluyen:
Es evidente que la conducción negligente está relacionada con prestar la atención adecuada, mientras que la conducción temeraria implica ignorar los preceptos básicos de seguridad al volante, mostrando un desprecio especial por la seguridad de los demás y violando las normas más básicas de manera deliberada o como resultado del consumo de alcohol y/o drogas en algunos casos.
En general, todas las conductas consideradas como delito de seguridad vial se tratan como sanciones administrativas en primera instancia. Sin embargo, para que la temeridad sea considerada como delito, debe ser notoria, evidente y manifiesta, poniendo en peligro la vida o integridad de las personas.
El Código Penal especifica que el exceso de velocidad, el alcohol y las drogas son considerados como delitos de seguridad vial si se superan ciertas tasas o límites. En cada caso, será el juez quien determine si se considera delito o infracción y aplique la sanción correspondiente.
En el Código Penal, en la sección de delitos contra la seguridad colectiva, se encuentra el capítulo de delitos contra la seguridad vial que incluye el artículo 380 que regula el delito de conducción temeraria.
La temeridad manifiesta es la conducta típica que se considera en este tipo penal. Se refiere a la total inobservancia de las reglas de tráfico, con un evidente error en la conducción.
No se trata de una infracción administrativa, sino de un delito que requiere una continuidad en la comisión de múltiples infracciones administrativas.
Es necesario demostrar que hubo personas que sufrieron daños físicos o pusieron en peligro su vida.
Este delito es de mano propia, donde el autor es quien realiza la acción sin la participación de otros. Es un delito especial propio, donde el autor es el conductor de un vehículo a motor o ciclomotor.
Algunos ejemplos de actos temerarios incluyen conducir en sentido contrario, circular a gran velocidad por la vía peatonal y adelantar en lugares prohibidos con velocidad excesiva, poniendo en peligro a otros conductores.
Si el conductor muestra un desprecio particular por la vida humana en su comportamiento delictivo, se impondrán penas de prisión de 2 a 5 años y se le prohibirá conducir vehículos a motor y ciclomotores durante un período de6 a 10 años. Este delito se aplica en situaciones como las carreras ilegales de automóviles o cuando la imprudencia alcanza un nivel extremo.
También se regula la forma agravada de este delito en el artículo siguiente:
En caso de cometer otros delitos debido a la conducción temeraria, los responsables serán sancionados por los jueces y tribunales aplicando la pena más severa establecida en el Código Penal, según lo establecido en el artículo 382.
Si un conductor conduce temerariamente y causa un accidente, y luego abandona la escena, será responsable de las consecuencias penales establecidas en el artículo 382 bis del Código Penal.
La conducción temeraria es una de las faltas más graves que puede cometer un conductor, por lo que conlleva las sanciones más severas.
Según la Ley de Seguridad Vial, esta falta se considera muy grave y puede ser castigada con una multa de 500 euros y la retirada de seis puntos del permiso de conducir.
Sin embargo, si la infracción se convierte en delito, según lo establecido en el artículo 380 del Código Penal, la conducción temeraria puede ser castigada con penas de prisión que van desde los seis meses hasta los dos años, además de la privación del derecho a conducir por un período superior a uno y hasta seis años.
Si se comete una acción temeraria al volante, se puede considerar como delito y se aplicarán las siguientes penas (según el Artículo 380): prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por un tiempo superior a uno y hasta seis años.
Si además, se ha circulado con “manifiesto desprecio por la vida de los demás” (Artículo 381), la pena será mayor dependiendo si se ha puesto en peligro la integridad o la vida de otros usuarios.
Si hay posibles víctimas, la pena será de prisión de dos a cinco años, multa de doce a veinticuatro meses y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante un período de seis a 10 años.
Si no hay posibles víctimas, la pena será de cárcel de uno a dos años, multa de seis a doce meses y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores entre seis a 10 años.
La Ley de Seguridad Vial establece que la conducción temeraria es considerada una infracción muy grave, lo que conlleva una multa de 500 euros y la pérdida de seis puntos del carnet de conducir.
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