La pregunta sobre si Es legal tener un mono en España como mascota a veces es realizada, y al igual que con otros animales exóticos, la respuesta es negativa, por diversas razones que explicaremos en este artículo.
En España, está terminantemente prohibida la posesión de primates, sin excepciones. Según la normativa vigente, solo se les permite a los zoológicos o para fines de investigación y conservación. Lamentablemente, a pesar de ello, existe un comercio ilegal de estos animales, con sanciones considerables, incluyendo multas y penas de prisión. Sigue leyendo y te contamos toda la información.
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Tener un mono como mascota está prohibido en España, es ilegal. La posesión de primates en general está prohibida desde que la Ley del Bienestar Animal entró en vigor. Esta ley ha introducido avances legislativos que podrían influir en la posesión y cría de ciertos animales.
El gobierno tiene 24 meses para reglamentar la ley. Luego, dispone de 12 meses para crear el Listado Positivo de mamíferos y 30 meses para los demás Listados Positivos (aves, reptiles, anfibios, peces e invertebrados), basándose en criterios de bienestar animal, seguridad, salud pública y medio ambiente.
Un comité científico evaluará las especies considerando riesgos para la seguridad ciudadana, salud pública, medio ambiente, conservación de especies y bienestar animal, decidiendo su inclusión en el Listado Positivo o Negativo (permitiéndolo o prohibiéndolo).
De momento, hasta que esta ley quede correctamente reglamentada, tener monos en España es ilegal para particulares.
Adicionalmente, los monos están amparados por el convenio CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), una iniciativa de la ONU destinada a regular el comercio y contrarrestar el tráfico ilícito de animales. A pesar de ello, cada nación puede establecer su propia legislación en relación a la cría doméstica de especies exóticas o invasoras.
Diversas organizaciones defensoras de los animales en España están abogando por la prohibición total de la tenencia de especies exóticas, argumentando que estos animales deberían estar exclusivamente en su hábitat natural y en ningún otro lugar.
Independientemente de las intenciones individuales, cualquier intento de adoptar o adquirir un mono para mantenerlo en cautiverio puede tener serias repercusiones. Además, el mercado ilegal de primates para la industria de mascotas es un problema global con graves consecuencias para las poblaciones silvestres de estos animales.
Es esencial considerar el bienestar de cualquier animal de compañía, especialmente los primates, que requieren cuidados especializados. Por lo tanto, tener un mono en cautiverio como mascota constituye una seria violación del bienestar animal y debe evitarse en cualquier circunstancia.
Te presentamos una tabla con la especie de mono y si es legal o no tenerlo en nuestro país.
Especie de Mono | Legalidad en España |
---|---|
Chimpancé | Prohibido |
Gorila | Prohibido |
Orangután | Prohibido |
Bonobo | Prohibido |
Capuchino | Prohibido |
Tamarino | Prohibido |
Macaco rhesus | Prohibido |
Colobo | Prohibido |
Langur | Prohibido |
Mandril | Prohibido |
Marmoset | Prohibido |
Howler | Prohibido |
Mono Ardilla | Prohibido |
Gibón | Prohibido |
Mono Araña | Prohibido |
Mono Narigudo | Prohibido |
Lémur | Prohibido |
Tarsier | Prohibido |
Vervet | Prohibido |
Saki | Prohibido |
El diminuto mono tití ocupa el trono como el simio de menor tamaño a nivel global. Su pequeñez y apariencia encantadora lo han catapultado como el primate más querido. No obstante, tener un tití como animal de compañía no figura como la mejor elección, dada su personalidad fuerte, propensión a la agresividad en cautiverio e imposibilidad de someterlo a la domesticación.
En lo que concierne a la legalidad de tener un mono tití como mascota, en España, la posesión de titís y primates en general fue prohibida con la instauración de la ley que vela por los derechos y el bienestar animal en septiembre de 2023, hasta la aprobación y difusión del listado positivo de mamíferos.
Por el momento, se encuentra totalmente prohibido tener un mono tití en España como animal de compañía o mascota.
La comercialización ilegal y el aumento de su demanda como mascotas están contribuyendo de forma considerable a la reducción de las poblaciones de este primate, poniendo en serio peligro su preservación.
La adopción de monos como mascotas implica una privación de su identidad y un proceso de separación temprana de sus madres, dificultando su comprensión del comportamiento natural y propiciando su humanización. Muchos de estos animales, al final, terminan abandonados, complicando su rehabilitación en santuarios de primates.
Las relaciones maternas e infantiles son cruciales, y la caza furtiva para el mercado ilegal a menudo resulta en crías bañadas en la sangre de sus madres. La cría en cautiverio para la venta provoca la separación constante de las madres y crías, llevando a casos de madres que dejan de alimentarse y mueren de tristeza.
El transporte ilegal a las ciudades causa la muerte de muchos animales, con estimaciones que sugieren que por cada uno que sobrevive y se vende, nueve perecen, resultando en un trágico caso de maltrato animal.
Por otro lado, los monos, conocidos por ser animales activos, inteligentes, curiosos y sociables, requieren un constante ejercicio tanto físico como mental para mantener su salud óptima.
A pesar de contar con amplios espacios y entornos al aire libre, la mayoría de los monos adoptados como mascotas tienden a manifestar síntomas de estrés o aburrimiento.
Similar a perros y gatos, los monos pueden desarrollar problemas de comportamiento relacionados con la acumulación de tensiones, evidenciando un aumento significativo en la agresividad.
La necesidad de interacción para desarrollar habilidades sociales también puede llevar a que los monos criados en cautiverio manifiesten agresividad en la adultez, además de comportamientos destructivos cuando quedan solos en casa durante largos períodos.
Estos seres requieren una considerable interacción social. Un mono que no recibe suficiente atención de su propietario no solo desarrollará problemas serios de comportamiento, como gritos y mordeduras, sino también enfrentará desafíos psicológicos de difícil remedio.
Los monos que viven en un entorno doméstico suelen mostrar resistencia a la introducción de nuevas personas en su círculo, como un cónyuge o un hijo. La naturaleza de los primates los inclina a buscar liderazgo en un grupo, o al menos a ocupar un puesto prominente.
Esto implica que, por lo general, se alinearán con la persona que consideren como líder, percibiendo a los demás como potenciales adversarios. Se ha observado que pueden agredir a otros seres humanos si perciben que amenazan su posición en el grupo, lo que conduce a que muchos dueños de monos pierdan la conexión con familiares y amigos. Tener un mono como mascota, además de ilegal, no es una buena idea.
Según la opinión de especialistas, ciertos primates suelen interpretar las señales no verbales, como el contacto visual directo o las expresiones faciales amigables, como amenazas, lo que puede desencadenar respuestas agresivas, haciendo el tener un mono como mascota algo peligroso.
Es relevante señalar que estos animales con frecuencia eligen lugares inapropiados para defecar y orinar, como los gabinetes de la cocina. Además, exhiben comportamientos como untarse con sustancias malolientes, pintar con sus heces en las paredes e incluso lanzar excrementos a otras personas.
A pesar de su capacidad para prosperar en diversos entornos, como la selva tropical, terrenos montañosos y la sabana, la adaptación a la vida en cautiverio presenta desafíos significativos para los primates. Independientemente de la extensión o calidad del hábitat creado en un entorno doméstico, no logra satisfacer sus necesidades fundamentales.
Incluso los primates más pequeños demandan un recinto amplio y seguro con agua, sombra, estructuras para escalar y juguetes para mantenerse entretenidos, lo cual puede conllevar costos considerables. Además, los monos son hábiles escapistas, representando un riesgo para la comunidad en áreas residenciales. Se han documentado casos de personas heridas en interacciones con primates domésticos, resultando comúnmente en la captura y sacrificio del animal.
Sí, pero no podrás llevártelo a casa. La posesión de ciertas especies en cautiverio por parte de particulares está estrictamente prohibida en España.
No obstante, si quieres a tener un mono como mascota, existe la posibilidad de adoptar o apadrinar un mono de un zoológico o un centro especializado en la conservación de la fauna, entre otros. Existen ONGs, asociaciones, fundaciones y demás entes que se dedican a cuidar y proteger estos animales a través de reservas.
Por ejemplo, por 39€ puedes adoptar un chimpancé con WWF España.
Estos lugares dependen en gran medida de las contribuciones económicas de la comunidad, que respaldan la colaboración y el apadrinamiento de animales. En muchos casos, estos centros permiten a los “padrinos” de los animales realizar visitas y participar en encuentros, siempre en el marco del propio centro y con las precauciones adecuadas.
Comprar un mono es ilegal según la Ley de Bienestar Animal. A pesar de la prohibición, estos animales aún pueden comercializarse de manera clandestina, incurriendo en actividades ilegales. La adquisición de estos animales puede conllevar multas sustanciales, incluso prisión en casos extremos, además de respaldar el tráfico ilegal de especies en peligro de extinción.
A menudo, se ofrecen supuestamente con documentación, aunque esta puede ser fácilmente falsificada. En otros países, donde la regulación es menos estricta, es común ver videos en línea de personas que tienen monos como mascotas en sus hogares. A pesar de la legalidad en algunos lugares, como hemos visto, existen múltiples razones para abstenerse de tener un mono como mascota.
Adoptar un mono de origen desconocido, ya sea a través de transacciones particulares o en línea, no se recomienda en ningún país. La mayoría de estos animales son capturados de manera repentina en su entorno natural, separados de su comunidad y luego encerrados en condiciones deplorables antes de ser comercializados en el mercado negro del tráfico de animales.
Además, al elegir un mono cuyos antecedentes son desconocidos, estamos contribuyendo de manera indirecta a la proliferación del tráfico de animales.
La prohibición de tener un mono como mascota en muchos lugares busca principalmente salvaguardar a estos animales de prácticas abusivas habituales en el mercado negro de animales silvestres. Esto incluye maltratos, cuidados inadecuados y el abandono que suelen experimentar al ser adoptados por personas que desconocen sus necesidades específicas.
El sentido común y la lógica deberían llenar los vacíos o la ausencia de legislación específica sobre la tenencia de animales exóticos. En otras palabras, aunque en algunos países se permita tener un mono tití como mascota, antes de adoptar este animal, deberíamos ser conscientes de sus necesidades y reconocer nuestras limitaciones para proporcionarle las condiciones óptimas para su desarrollo.
Todos los animales, sin importar su especie, merecen experimentar una vida digna, feliz y saludable. Sus derechos nunca deben verse comprometidos por nuestras aspiraciones.
Mantener un mono en cautiverio, al igual que cualquier otra especie de animales exóticos, puede resultar en sanciones considerables, alcanzando hasta los 100.000 euros.
La Ley de Bienestar Animal clasifica las infracciones en tres categorías: leves, graves y muy graves. La posesión de animales de compañía prohibidos, en principio, se interpretaría como una infracción leve, al constituir una “inobservancia de prohibiciones, cuidados u obligaciones” que no caen dentro de las infracciones graves o muy graves.
En contraste, tener animales prohibidos, específicamente especies no autóctonas, se considera, por el momento, una infracción muy grave.
La posesión de una mascota prohibida podría resultar en una multa de entre 600 y 30.000€, mientras que la cría de una especie no autóctona podría conllevar multas de entre 30.001 y 100.000€.
Además, La reciente legislación podría complementarse con una modificación del Código Penal para intensificar las penalizaciones por maltrato animal. La propuesta contempla (esta reforma aún no es oficial):
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