En este artículo trataremos a fondo la cuestión de cómo se puede reconocer una incapacidad permanente por síndrome facetario lumbar, el cual significativamente la calidad de vida del individuo, limitando su capacidad para realizar actividades cotidianas y laborales. Esta patología afecta las articulaciones facetarias de la columna lumbar, provocando dolor en la zona baja de la espalda, que puede irradiarse hacia glúteos y piernas. Comencemos.
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El síndrome facetario lumbar es una afección caracterizada por dolor o disfunción de las articulaciones facetarias de las vértebras, siendo especialmente común en la región lumbar. Esta condición puede generar dolor significativo en la parte baja de la espalda, extendiéndose hacia la ingle y la parte posterior del muslo.
Se manifiesta intensamente al permanecer de pie por largos periodos o al realizar movimientos que implican hiperextensión, inclinación y rotación contralateral, ya que estos movimientos incrementan la compresión sobre la articulación afectada. Por otro lado, el alivio suele encontrarse al adoptar posturas que disminuyen la compresión de las articulaciones, como inclinarse hacia adelante.
Para prevenirlo, es recomendable mantener un peso saludable, realizar ejercicio físico moderado y regular, adaptado a la condición individual y supervisado por un profesional. Además, es importante evitar posturas y movimientos que puedan agravar el dolor. La terapia física juega un papel crucial en la rehabilitación, fortaleciendo los músculos de la espalda, mejorando la flexibilidad, y reduciendo el dolor.
Esta patología degenerativa de las articulaciones facetarias de la columna vertebral, puede clasificarse en distintos grados según la severidad y el impacto en la movilidad y autonomía del paciente, así como el dolor y los hallazgos radiológicos. Los grados de artrosis se dividen de la siguiente manera:
Además, es fundamental el diagnóstico y tratamiento adecuados para manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Los tratamientos pueden variar desde el manejo del dolor y la inflamación con medicamentos y terapias de rehabilitación hasta intervenciones más invasivas como la radiofrecuencia o la cirugía, dependiendo de la severidad de la afección y los síntomas del paciente. También se recomiendan cambios en el estilo de vida, como la adopción de una dieta saludable y la realización de ejercicio de bajo impacto para mantener un peso adecuado y fortalecer los músculos que soportan la columna vertebral, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas y retardar el progreso de la enfermedad.
La principal causa detrás del síndrome facetario es la degradación de los cartílagos debido al desgaste o artrosis, generando inflamación e irritación en las articulaciones facetarias. Para su diagnóstico, se consideran tanto la clínica del paciente, basada en la presencia de los síntomas, como pruebas de diagnóstico por imagen como radiografías, tomografías axiales computarizadas y resonancias magnéticas, que permiten observar detalladamente el estado de las articulaciones y confirmar la presencia de la afección.
Las causas de la lumbalgia crónica, y en particular del síndrome facetario lumbar, incluyen el desequilibrio muscular, alteraciones de la estática vertebral como la escoliosis, contracturas musculares, problemas degenerativos del disco intervertebral, fracturas por osteoporosis, y en menor medida, enfermedades inflamatorias de las estructuras vertebrales. Factores de riesgo relevantes son el sedentarismo, el sobrepeso, y actividades laborales o cotidianas que impliquen posturas estáticas prolongadas, flexiones y giros frecuentes del tronco, o levantamientos y movimientos bruscos.
Existen diversas estrategias de tratamiento para el síndrome facetario lumbar, divididas en conservadoras e invasivas. Las opciones conservadoras incluyen el uso de técnicas de láser para aliviar el dolor, reposicionamiento de las articulaciones mediante movilizaciones y ejercicios de fisioterapia diseñados para fortalecer y flexibilizar la columna.
Además, otras formas de tratamientos incluyen medicación con antiinflamatorios y corticoides, fisioterapia para mejorar la fuerza muscular y la postura, y la práctica de ejercicio físico para fortalecer la musculatura lumbar y abdominal. Mantener un peso óptimo también es crucial, ya que el exceso de peso aumenta la presión sobre las articulaciones facetarias.
Recientes avances han introducido la terapia autoregenerativa como una técnica innovadora para tratarlo, estimulando la regeneración del cartílago afectado a través de células propias del paciente, lo que promete aliviar el dolor, mejorar la movilidad y retrasar la progresión de la artrosis asociada a este síndrome.
Si estas medidas no logran aliviar el dolor, se puede recurrir a tratamientos invasivos como la infiltración de anestésicos y cortisona directamente en las articulaciones afectadas o la neurotomía percutánea, una técnica experimental que utiliza radiofrecuencia para interrumpir las fibras nerviosas sensoriales de la articulación y aliviar el dolor. En casos donde los tratamientos conservadores no resultan efectivos, se puede considerar la rizólisis, que busca eliminar la sensibilidad de los nervios que transmiten el dolor, o incluso tratamientos quirúrgicos para casos más severos.
En cuanto al tratamiento quirúrgico, se contempla la denervación por radiofrecuencia o criodenervación, y la artrodesis o fusión vertebral en casos donde el tratamiento conservador no haya tenido éxito.
La criodenervación implica la utilización de temperaturas extremas, ya sea elevadas o reducidas, dirigidas específicamente al nervio responsable de transmitir sensaciones desde la articulación facetaria, con el objetivo de interrumpir el flujo de señales de dolor. La efectividad de este método es temporal, considerando que con el paso del tiempo, el nervio tiene la capacidad de recuperarse y regenerarse.
Trabajar o realizar actividad física con síndrome facetario lumbar es posible, aunque es crucial adaptar las actividades para evitar agravar la condición. Para seguir trabajando con síndrome facetario lumbar sin agravarlo, se recomienda evitar ejercicios de alto impacto, como correr o actividades que incluyan saltos o cargas de peso.
El impacto del síndrome facetario lumbar en la capacidad laboral varía según el tipo de trabajo y la severidad de la patología. Puede provocar desde una incapacidad laboral temporal hasta una incapacidad permanente, en función del grado de limitación del movimiento y del dolor crónico. Los grados de incapacidad permanente (parcial, total, absoluta o gran invalidez) se determinan en base a la afectación de la capacidad laboral del individuo.
Actividades como la natación, el yoga o Pilates son altamente recomendables. Estas prácticas ayudan a fortalecer la región lumbar y la musculatura de la espalda de manera segura. Además, se aconseja realizar estiramientos específicos para los isquiotibiales, glúteos, psoas y ejercicios de reprogramación lumbar.
Sí, es posible solicitar incapacidad permanente por síndrome facetario lumbar en España, siempre que el padecimiento limite significativamente tu capacidad para trabajar. Este síndrome provoca dolor en la zona lumbar que puede extenderse a la ingle, muslo posterior y nalgas, y en ciertos casos, puede justificar la incapacidad permanente, afectando la actividad laboral del individuo.
En principio, el síndrome facetario lumbar puede ser curado, por lo que raramente puede provocar una incapacidad permanente a largo plazo. No obstante, es posible que debido a esta dolencia no podamos desempeñar con normalidad nuestro trabajo habitual.
Para iniciar el proceso, debes obtener una valoración médica detallada y un informe que especifique tu diagnóstico, los tratamientos intentados y su eficacia, así como las restricciones en tus actividades laborales y diarias. Con esta documentación, presentarás una solicitud de incapacidad permanente ante la Seguridad Social o el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). La solicitud será evaluada por el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI), que realizará un análisis médico y social de tu caso.
La capacidad para trabajar de una persona con síndrome facetario puede verse comprometida, especialmente si el trabajo implica actividades físicas intensas o posturas prolongadas que exacerban el dolor. Dependiendo de cómo los síntomas afecten la capacidad laboral del individuo, se pueden solicitar distintos grados de incapacidad.
En España, el sistema de la Seguridad Social establece varios grados de incapacidad laboral que pueden aplicarse a personas afectadas por condiciones como el síndrome facetario, dependiendo de la severidad de los síntomas y cómo estos impactan su capacidad para trabajar. A continuación, te explico los distintos grados de incapacidad:
Para solicitar la incapacidad permanente por síndrome facetario lumbar en España, sigue estos pasos de manera simplificada y accesible:
Cómo solicitar la incapacidad por síndrome facetario lumbar paso a paso:
Evaluación y Resolución:
Es recomendable contar con el asesoramiento de un abogado especializado en incapacidad permanente para que te oriente y represente durante el proceso, asegurando que todos los documentos y pruebas necesarias sean presentados correctamente para aumentar las posibilidades de una resolución favorable.
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