En este artículo, hablaremos sobre la incapacidad por síndrome subacromial, tanto temporal como permanente. Cuándo puede solicitarse, cómo hacerlo… Trataremos de abordar en profundidad las dudas que puedan surgir en torno a esta dolencia y a su tratamiento legal. Comencemos.
Contenidos:
El síndrome subacromial, también conocido como pinzamiento del hombro, se caracteriza por un dolor intenso en esta zona, que puede llegar a ser tan severo que interfiere con el sueño del paciente. Este síndrome es una de las causas más comunes de dolor en el hombro. Se produce debido a un estrechamiento del espacio entre la cabeza del húmero y el acromion, un componente de la escápula.
El síndrome se puede dividir en tres fases: bursitis en pacientes jóvenes, tendinopatía del supraespinoso en pacientes de mediana edad, y finalmente la rotura del manguito de los rotadores. Está relacionado con la tendinitis y rotura del tendón supraespinoso.
El diagnóstico se basa principalmente en el examen físico, complementado por pruebas específicas que evalúan la presencia de debilidad muscular y la respuesta al dolor en maniobras específicas.
Las causas de este estrechamiento pueden ser variadas, incluyendo la forma del acromion, el desarrollo de artrosis en la articulación acromioclavicular, o el uso repetitivo del hombro, especialmente en trabajos o actividades que implican levantar los brazos por encima de la cabeza.
Los síntomas iniciales incluyen dolor en la parte anterior y lateral del hombro, que puede extenderse por el brazo, especialmente si hay afectación del tendón del bíceps. Conforme avanza, puede provocar contracturas musculares en el cuello, y en fases avanzadas, pérdida de fuerza y movilidad debido a la rotura del supraespinoso.
Los síntomas predominantes incluyen dolor progresivo de intensidad variable, especialmente notorio por la noche y durante movimientos que elevan el brazo, así como posible disminución de la movilidad articular en etapas avanzadas.
El tratamiento del síndrome subacromial varía según el estadio en que se encuentre la enfermedad, siendo prioritario el manejo conservador mediante fisioterapia, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o corticoides para los estadios I y II.
La fisioterapia juega un rol crucial en la reducción del dolor y en la mejora de la movilidad, pudiendo incluir una amplia gama de terapias como movilizaciones pasivas y activas, ejercicios de fortalecimiento, estiramientos y técnicas de corrección postural. Para los casos más graves correspondientes al estadio III, el tratamiento quirúrgico puede ser necesario, seguido de un programa de rehabilitación postoperatoria para restaurar la función del hombro.
Es importante también ajustar las actividades diarias para evitar movimientos que agraven el pinzamiento, como levantar los brazos por encima de la cabeza, y realizar ejercicios de movilidad para prevenir la fibrosis. En casos donde el dolor es muy intenso o no hay mejora con el tratamiento conservador, se puede considerar la infiltración de corticoides o incluso la cirugía.
Los avances recientes en el tratamiento han demostrado la eficacia de los enfoques conservadores sobre la cirugía, reservando esta última para casos de lesiones graves y persistentes. Se ha comprobado que la carga mecánica gradual del tendón, junto con terapias manuales y ejercicios específicos, ofrece resultados positivos en la mejora del dolor y la movilidad articular.
El síndrome subacromial fue detalladamente descrito por primera vez por Charles Neer en 1972, quien propuso la existencia de tres estadios de evolución de la enfermedad basados en la afectación de las estructuras del hombro:
La clasificación de Neer también contempla el mecanismo causal del síndrome, distinguiendo entre pinzamiento intrínseco, relacionado con procesos degenerativos de los tendones por sobreuso o traumatismos, y extrínseco, causado por factores biomecánicos como posturas inadecuadas o alteraciones en la articulación.
El síndrome subacromial, debido a su capacidad para limitar significativamente las actividades laborales y cotidianas de quien lo padece, puede ser motivo de baja laboral temporal y, en casos más severos, de incapacidad laboral permanente. Este trastorno, caracterizado por dolor en el hombro, puede llegar a ser tan incapacitante que impide la realización de tareas habituales, especialmente aquellas que involucran esfuerzo físico, como levantar pesos o realizar movimientos repetitivos con los brazos.
En cuanto a la gestión de la baja laboral por síndrome subacromial, el proceso comienza con la obtención de un parte médico de baja, emitido por el servicio público de salud, una mutua o empresa colaboradora. Este documento es crucial, ya que oficializa la condición del trabajador y su necesidad de ausentarse del trabajo para recuperarse.
La prestación económica durante este período de baja se rige por las normas de la Seguridad Social, las cuales establecen que, en caso de contingencias comunes (enfermedades no laborales o accidentes no laborales), el trabajador no recibirá compensación económica por los primeros tres días de baja. A partir del cuarto día y hasta el día 20, se abonará el 60% de la base reguladora.
Para los casos en que el síndrome subacromial desemboque en una solicitud de incapacidad laboral permanente, se deberá demostrar mediante evaluación médica que las secuelas del síndrome afectan de manera significativa la capacidad del individuo para realizar su trabajo habitual. No es necesario haber agotado el período máximo de baja laboral temporal (18 meses) para iniciar el trámite de incapacidad permanente.
Además, es importante destacar que cada caso se evalúa de forma individual, considerando factores como el nivel de afectación, la presencia de otras patologías y el tipo de trabajo que realiza la persona. En casos favorables, las sentencias judiciales han reconocido la incapacidad permanente total para la profesión habitual del afectado por síndrome subacromial, permitiendo a estos individuos acceder a una pensión por incapacidad.
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El síndrome subacromial puede ser motivo de incapacidad laboral permanente total, especialmente si se acompaña de condiciones adicionales como la rotura del tendón supraespinoso, que agrava la limitación funcional.
Los tribunales han reconocido la incapacidad permanente total en casos de síndrome subacromial, especialmente cuando el trabajo habitual del afectado implica un esfuerzo físico considerable que se ve imposibilitado por esta condición. Un ejemplo claro es el caso de un peón de recogida de basuras cuya patología en el hombro, exacerbada por su labor, le impidió continuar en su puesto de trabajo. A pesar de enfrentarse inicialmente a resoluciones negativas por parte del INSS y del Tribunal Médico, la perseverancia en la vía judicial condujo al reconocimiento de su incapacidad permanente total.
Frecuentemente, las resoluciones favorables del INSS respecto a las solicitudes de incapacidad resultan en el reconocimiento de una incapacidad permanente total para el ejercicio de la actividad laboral del solicitante. En situaciones particulares, se llega a determinar una incapacidad absoluta permanente. Además, es habitual que el síndrome subacromial se presente junto con otras afecciones que deterioran aún más el bienestar del individuo, pudiendo derivar en una situación de Gran Invalidez. Debido a esto, la asignación de una pensión o el reconocimiento de una incapacidad laboral en sus distintos niveles es más viable cuando al síndrome subacromial se suman otras complicaciones médicas.
Este síndrome puede ocasionar un déficit funcional notable, afectando la capacidad para realizar actividades cotidianas y laborales, especialmente aquellas que requieren esfuerzo físico o movimientos por encima de los hombros. En casos de deterioro físico significativo y limitaciones funcionales, se han obtenido resoluciones judiciales favorables, reconociendo el derecho a pensiones por incapacidad permanente total para la profesión habitual.
La evaluación individualizada de cada caso es crucial, teniendo en cuenta la afectación, otras patologías concurrentes y el tipo de trabajo desempeñado.
El reconocimiento de la incapacidad laboral permanente por síndrome subacromial depende de diversos factores como el nivel de afectación, la presencia de otras patologías y el tipo de trabajo desempeñado. Incluso aquellos ya beneficiarios de una pensión por incapacidad permanente total pueden solicitar un grado superior de incapacidad, como la absoluta o gran invalidez, si su condición empeora o da lugar a nuevas patologías.
La posibilidad de obtener una pensión por incapacidad laboral depende de cómo las secuelas afecten la capacidad de trabajo. Se han logrado sentencias favorables que reconocen incapacidad permanente total para la profesión habitual, e incluso incapacidad permanente absoluta o gran invalidez en presencia de síntomas y patologías adicionales que agravan la condición.
Para casos específicos donde se ha empeorado o desarrollado nuevas patologías y ya se tiene una discapacidad reconocida, se puede solicitar una revisión de grado por agravamiento para optar a una pensión más alta. El importe de la pensión depende del grado de incapacidad reconocido y las bases de cotización, con posibilidad de cobrar un complemento en caso de gran invalidez.
Para solicitar incapacidad por síndrome subacromial, no necesariamente tienes que avisar a tu empresa inicialmente. La empresa se involucra más adelante en el proceso, especialmente si se declara la responsabilidad empresarial por la incapacidad.
La cantidad que puedes cobrar en caso de una incapacidad por síndrome subacromial en España dependerá del grado de incapacidad que se te reconozca, así como de tus bases de cotización previas. La incapacidad puede clasificarse en diferentes grados: incapacidad permanente parcial, total, absoluta, o gran invalidez, y cada una tiene asociada una forma específica de cálculo para determinar la cuantía de la pensión.
Para la incapacidad permanente total, por lo general, se recibe una pensión del 55% de tu base reguladora, pudiendo incrementarse al 75% si tienes 55 años o más y se te reconoce dificultad para encontrar un nuevo empleo debido a tu falta de preparación. Esta pensión puede ser compatible con el desarrollo de otras actividades laborales que no entren en conflicto con tu grado de incapacidad. Por otro lado, la incapacidad permanente absoluta te otorga el derecho a una pensión vitalicia del 100% de tu base reguladora, y en caso de gran invalidez, recibirás además un complemento para remunerar a la persona que te atienda.
Para solicitar incapacidad laboral por síndrome subacromial en España, se debe seguir un proceso que contempla varios aspectos clave, desde el reconocimiento de la condición hasta la evaluación de cómo esta afecta la capacidad laboral del individuo. A continuación, te presento una guía paso a paso:
Es importante contar con el asesoramiento de abogados especialistas en incapacidad laboral permanente para guiar en el proceso y asegurar la presentación adecuada de la documentación necesaria. La solicitud debe realizarse teniendo en cuenta todos estos aspectos para maximizar las posibilidades de obtener una resolución favorable.
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