Cuando tu empresa no cumple con el pago, te encuentras enfrentando una de las situaciones más angustiantes y frecuentes en el ámbito laboral. En los últimos meses, la búsqueda “Mi empresa no me paga” ha sido una de las más recurrentes en Google.
Es un escenario desolador: meses de salario acumulados sin que los trabajadores tomen medidas, muchas veces por temor o falta de conocimiento. ¿Qué pasará si me despiden? ¿Y si renuncio, perderé mi derecho al subsidio de desempleo? Ha llegado el momento de poner fin a esta situación y de comprender qué hacer, cómo actuar y cuándo reclamar esos salarios impagados.
Recuerda, si no alzas la voz, difícilmente obtendrás lo que te corresponde. Pero al reclamar, siempre lograrás recuperar algo. Estas dos frases marcan el inicio de nuestro artículo, porque representan una verdad inalterable.
Es innegable que, si el empleador acumula impagos y tú permaneces en silencio, él se beneficiará de esta situación. Financiará sus operaciones a expensas de los trabajadores, sin enfrentar consecuencias. Como dicen: “el que no llora, no mama“.
Por otro lado, en el instante en que decides reclamar lo que te corresponde, el panorama cambia. Si existe deuda, al tomar medidas siempre recuperarás algo. Ya sea directamente de la empresa o a través del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA). Puede ser en menor o mayor cuantía, tal vez más tarde de lo deseado, pero recuperarás lo que, en la situación anterior, no estaba asegurado. Es el momento de empoderarte y aprender cómo enfrentar esta situación con determinación y conocimiento.
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Frente al incumplimiento salarial por parte de la empresa, los empleados cuentan con dos alternativas, que deben elegirse en función de la gravedad de la situación:
En ambas opciones, se debe presentar una papeleta de conciliación laboral y, posteriormente, presentar una demanda. En casos de insolvencia empresarial, el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) podría cubrir total o parcialmente la deuda reconocida en la sentencia judicial.
Desde la perspectiva legal, una empresa tiene el margen de retrasarse hasta un mes en el pago de las nóminas, considerando como referencia la fecha de pago que, en teoría, debería estar estipulada con sus empleados. Una vez transcurrido este período, comienza el proceso de reclamaciones.
Cuando se trata de enfrentar una situación en la que una empresa te adeuda dinero, el factor tiempo es crucial para alcanzar un desenlace favorable. Es de suma importancia comprender que debes emprender la reclamación de los montos pendientes antes de que transcurra un año desde la fecha en que deberían haber sido pagados. En este proceso, te aconsejamos encarecidamente contar con los servicios de un bufete legal especializado en derecho laboral.
Ciertamente, un empleado tiene la opción de recurrir a los servicios de arbitraje para presentar una papeleta de conciliación sin la necesidad de contar con la asesoría de un abogado. Aunque es un proceso administrativo, es importante destacar que completar correctamente las papeletas es crucial, y es esencial tener una comprensión sólida de lo que se está incluyendo en ellas.
Definitivamente no. La empresa está legalmente obligada a remunerarte por los servicios que prestas. En caso de dificultades financieras que le impidan cumplir con los pagos, su curso de acción debería ser solicitar un concurso de acreedores. A través de este proceso, un administrador concursal evaluará las obligaciones de la empresa y establecerá un orden de prioridad en los pagos. Es importante señalar que los salarios de los trabajadores tienen una prioridad absoluta en estos casos.
Dispones de un plazo de 12 meses a partir del momento en que el salario debería haber sido abonado.
La empresa tiene la capacidad de realizar despidos en cualquier momento. Sin embargo, es importante señalar que un despido puede ser posteriormente declarado nulo (lo que conlleva el pago de salarios de tramitación durante un período extenso, considerando la carga actual de los tribunales).
En tal caso, la empresa estaría obligada a reinstaurarte en el puesto. Si bien retornar a un entorno laboral en conflicto con la dirección puede resultar desafiante, tienes el control de la situación.
Además, cualquier intento de despido o acoso por parte de la empresa podría resultar en sanciones económicas sustanciales. Al presentar una demanda, tu protección legal ante despidos o sanciones se fortalece de manera considerable.
En ocasiones, enfrentarse a la preocupante situación de que una empresa no realice el pago correspondiente puede generar incertidumbre y estrés. Sin embargo, es fundamental estar informado sobre los pasos a seguir en caso de que te encuentres en esta situación en la que mi empresa no me paga.
En esta guía, exploraremos de manera detallada y paso a paso qué acciones puedes emprender si tu empresa no cumple con sus obligaciones de pago. Desde comprender tus derechos hasta explorar las opciones de resolución, esta información te ayudará a navegar con confianza por esta dificultad financiera.
La única vía que un empleado tiene para recibir el salario pendiente que la empresa no ha abonado de manera voluntaria es recurrir a una acción legal.
En situaciones así, presentar una denuncia ante la inspección de trabajo podría resultar en una sanción para la empresa, pero esto no garantiza automáticamente el pago de la cantidad adeudada.
Al igual que en la mayoría de los procedimientos judiciales, se requiere presentar una papeleta de conciliación laboral (aquí tienes un modelo de papeleta) y, en caso de que resulte imposible llegar a un acuerdo, presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social.
El plazo para reclamar los salarios es de un año, a partir del momento en que se podría haber presentado la reclamación, según lo establecido en el artículo 59 del Estatuto de los Trabajadores.
En el caso de que la empresa se encuentre insolvente, es decir, no tenga recursos para hacer frente a sus obligaciones, el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) intervendrá, pero con ciertos límites. No obstante, para recurrir al FOGASA, es necesario presentar una demanda previamente.
En este contexto, el FOGASA solamente realiza el pago de salarios en casos de insolvencia determinada por un juez, lo que implica que debemos emprender una demanda. Excepcionalmente, en situaciones de declaración de concurso de acreedores, no será necesario presentar una demanda, sino que requeriremos un informe del administrador concursal que certifique las deudas existentes.
Una denuncia ante la inspección de trabajo puede resultar eficaz cuando la empresa se niega a pagar debido a una negativa deliberada, siempre y cuando la cantidad en cuestión no esté en disputa.
En otras palabras, cuando la empresa dispone de fondos pero elude abonar el salario o la suma adeudada por represalia u otros motivos similares.
Por ejemplo, si la empresa emite un finiquito pero no realiza el pago correspondiente.
En esta situación, el monto no está en discusión ya que es la propia empresa la que reconoce la suma, pero mi empresa no me paga por propia elección.
La inspección tiene la facultad de imponer una sanción a la empresa, lo que finalmente conduce al cumplimiento del pago.
Sin embargo, si la empresa carece de recursos, presentar una denuncia ante la inspección solo puede resultar en una sanción a la empresa, pero la inspección no podrá embargar bienes ni solicitar al Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) que realice el pago pendiente.
Esto solo se puede lograr mediante una demanda ante los tribunales.
La función principal de la inspección de trabajo es asegurar el cumplimiento de las leyes laborales y de la seguridad social.
No obstante, es importante considerar que presentar una denuncia ante la inspección de trabajo puede tener un efecto negativo al prolongar el plazo de un año que se tiene para reclamar salarios.
En principio, la presentación de una denuncia ante la inspección no detiene el plazo de prescripción de un año para reclamar los salarios si tu empresa no te paga. En otras palabras, si se presenta primero una denuncia y luego una demanda, existe el riesgo de que ciertas cantidades prescriban.
No obstante, una sentencia del Tribunal Supremo del 18 de octubre de 2021 considera que presentar una denuncia ante la inspección de trabajo efectivamente detiene el plazo de prescripción, pero esta cuestión depende del caso particular.
Además de llevar a cabo la reclamación de salarios atrasados tal como se ha explicado previamente, también es posible iniciar un proceso legal para obtener la terminación de la relación laboral en situaciones de impagos o demoras graves en los pagos.
En estos casos, el trabajador tendrá derecho tanto a la prestación por desempleo como a una compensación equivalente a la que correspondería en un despido improcedente.
La jurisprudencia ha establecido que se considera como situación grave, y por ende justifica la extinción del contrato laboral, cuando se acumulan cuatro o más mensualidades sin abonar.
Una vez que la demanda ha sido presentada, la situación ya se considera como incumplimiento por parte de la empresa hacia el trabajador, por lo que el pago realizado posteriormente resulta irrelevante.
Este tipo de terminación también puede ser solicitada en casos donde, en lugar de impagos, se presentan retrasos continuados y significativos en el pago de las nóminas.
Cuando su empresa no le pague en España, existen varias opciones para abordar la situación de manera efectiva:
Existen diversas opciones para abordar la situación cuando su empresa no le paga en España:
La elección de la opción adecuada dependerá de su situación particular y de la voluntad de la empresa para resolver el problema de forma colaborativa. Recuerde que contar con asesoramiento legal puede facilitar el proceso y garantizar la protección de sus derechos laborales.
Si su empresa se niega a cumplir con el pago, la única alternativa viable es emprender acciones legales y presentar una demanda en un juzgado de España.
En caso de impago de cantidades y salarios, existen tres opciones judiciales disponibles: iniciar un juicio de reclamación de cantidad, optar por un juicio monitorio o bien llevar a cabo un juicio para solicitar la extinción de su contrato de trabajo.
Antes de considerar la opción de demandar en juicio a su empresa, es esencial llevar a cabo un paso previo: presentar una papeleta de conciliación en el servicio laboral de conciliación, mediación y arbitraje de su comunidad autónoma española.
Le recomendamos encarecidamente que la papeleta sea redactada por un abogado laboralista. En este documento, debe detallar minuciosamente las cantidades que la empresa le adeuda, especificar los conceptos por los cuales se le debe el dinero y señalar cualquier diferencia salarial existente entre los pagos realizados y lo que le corresponde. Cuanta más información precisa proporcione, mejores serán sus fundamentos.
En el caso de que no se logre alcanzar un acuerdo durante esta conciliación, será necesario dar el siguiente paso: presentar una demanda ante el correspondiente Juzgado de lo Social.
En el proceso judicial, tendrá la oportunidad de presentar todas las pruebas necesarias para demostrar de manera fehaciente las deudas que la empresa tiene con usted y que aún no han sido abonadas. Es importante destacar que el retraso en el pago de su sueldo le otorga el derecho de reclamar el interés de mora, que equivale al 10% del importe adeudado.
Recuerde que contar con la asesoría de un abogado especializado puede marcar la diferencia en este proceso, asegurándose de que sus derechos sean defendidos de manera adecuada y efectiva.
Si está considerando el juicio monitorio, tenga en cuenta que este procedimiento solo es aplicable a empresarios que no se encuentren en situación de concurso de acreedores, es decir, que no estén en insolvencia. Se utiliza para reclamar cantidades vencidas, exigibles y de cuantía determinada que resultan de su relación laboral.
En este tipo de juicio, solo puede solicitar hasta 6.000 euros. Si la suma que le adeuda el empresario es mayor, será necesario optar por un proceso judicial convencional.
A pesar de que el juicio monitorio fue diseñado para agilizar el cobro de sumas impagadas, en realidad, su eficacia es limitada. En la mayoría de los casos, este proceso deriva en un procedimiento ordinario, lo que significa que se termina perdiendo tiempo y esfuerzo en un proceso que resulta poco efectivo.
Por lo tanto, es crucial evaluar con detenimiento si esta vía es la más adecuada para su situación antes de emprenderla. Recuerde que contar con el asesoramiento legal adecuado puede ayudarle a tomar decisiones informadas y maximizar sus posibilidades de éxito.
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