Derechos de una mujer divorciada y sin trabajo

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En este artículo, analizaremos a fondo los derechos de una mujer divorciada y sin trabajo, así como todas las ayudas disponibles para tratar de recuperar la estabilidad económica y emocional tras una separación. Comencemos.

Derecho a una pensión compensatoria

El derecho a pensión compensatoria está establecido para mitigar los desequilibrios económicos que el divorcio pueda generar entre los cónyuges. Se concede al cónyuge que experimenta un deterioro en su situación económica comparada con la que disfrutaba durante el matrimonio, especialmente si uno de los cónyuges no ha desarrollado una carrera profesional propia por dedicarse al hogar o al cuidado de los hijos​.

La duración del matrimonio, la edad y estado de salud de los cónyuges, su capacidad laboral y otras circunstancias personales y económicas determinarán la necesidad de esta pensión. Los factores que se consideran incluyen los ingresos y el nivel de vida previo de los cónyuges, así como las contribuciones de cada uno al matrimonio​. La cantidad específica y el método de pago pueden ser acordados mutuamente entre los cónyuges o, si no hay acuerdo, lo establecerá el juez.

La solicitud de la pensión compensatoria se debe hacer formalmente durante el proceso de divorcio. Puede ser incluida en la demanda de divorcio si es un proceso contencioso, o en el convenio regulador si es un divorcio de mutuo acuerdo. Una vez establecida, la pensión compensatoria debe ser pagada según lo acordado o según la decisión judicial. Si el ex cónyuge no cumple con el pago, se pueden tomar medidas legales para asegurar el cumplimiento.

La pensión compensatoria puede modificarse o extinguirse si cambian las circunstancias que la justificaron. Por ejemplo, puede finalizar si el cónyuge receptor se casa de nuevo o empieza a convivir en pareja, o si hay un cambio significativo en la situación financiera de cualquiera de los ex cónyuges.

Derecho a percibir una pensión de alimentos

La pensión de alimentos en España, más que un derecho, se configura como una obligación legal destinada a asegurar el sustento y bienestar básico de los hijos tras una separación o divorcio. Esta obligación está regulada por el Código Civil y es impuesta por un juez, quien determina la cuantía según las circunstancias económicas de ambos progenitores y las necesidades de los hijos.

La pensión incluye elementos esenciales para el desarrollo y bienestar del menor, tales como:

  • Vivienda y suministros básicos (luz, agua, gas).
  • Alimentación adecuada.
  • Vestuario.
  • Gastos médicos ordinarios y farmacéuticos.
  • Educación, incluyendo materiales escolares y matrícula en enseñanza pública.

Además, se distingue entre gastos ordinarios, que son previsibles y recurrentes, y gastos extraordinarios, que surgen de forma eventual e imprevisible, como ciertos tratamientos médicos especiales, actividades extracurriculares significativas o necesidades educativas especiales.

La cuantía de la pensión se establece en función de los ingresos de los progenitores, las necesidades de los hijos, y el nivel de vida anterior a la separación. Es fundamental la intervención del fiscal para garantizar que los montos acordados protegen adecuadamente a los menores​.

La pensión puede ser modificada si cambian significativamente las circunstancias económicas o personales que se tuvieron en cuenta al momento de su fijación inicial. Esto puede incluir un cambio en los ingresos de los progenitores, un aumento en las necesidades de los hijos debido a la educación o cambios en el coste de vida​.

Derecho a Asistencia Jurídica Gratuita para divorciarse

El derecho a la asistencia jurídica gratuita para procesos de divorcio está regulado por la Ley 1/1996, de 10 de enero, de asistencia jurídica gratuita, y se articula en torno al principio de que la justicia debe ser accesible para todos, especialmente para quienes demuestren tener insuficientes recursos económicos para litigar.

Existen determinados grupos que tienen reconocido el derecho a la asistencia jurídica gratuita con independencia de sus recursos económicos. Entre estos grupos se encuentran las víctimas de violencia de género, de terrorismo y de trata de seres humanos, así como personas con discapacidad necesitadas de especial protección.

El derecho a la asistencia jurídica gratuita en España se extiende a:

  • Ciudadanos españoles y residentes en el país.
  • Nacionales de otros Estados miembros de la Unión Europea.
  • Extranjeros residentes en España.

Esta asistencia cubre no solo los procesos de divorcio, sino también otros procedimientos judiciales, siempre que se demuestre insuficiencia económica. Los interesados deben cumplir con ciertos requisitos económicos, que se evalúan en función de los ingresos y el patrimonio del solicitante y su unidad familiar. La evaluación de estos requisitos se lleva a cabo por los Colegios de Abogados y la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, que son los encargados de gestionar las solicitudes y determinar la elegibilidad de los solicitantes.

Si el Colegio de Abogados aprueba la solicitud, la envía a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, que tiene un plazo máximo de 30 días para emitir una resolución definitiva. Si la Comisión no responde en este plazo, se considera que la solicitud ha sido estimada favorablemente.

Si la solicitud de asistencia jurídica gratuita es denegada por el Colegio de Abogados, el solicitante puede reiterar su petición directamente a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, que deberá tomar una decisión final sobre el caso.

Derecho a usar la vivienda familiar

Generalmente, el uso de la vivienda familiar se otorga pensando en el interés superior de los hijos, si los hay. Esto significa que el derecho a vivir en la vivienda familiar suele otorgarse al cónyuge al que se le atribuye la custodia de los hijos menores, independientemente de quién sea el propietario de la vivienda. El objetivo es garantizar la estabilidad y el bienestar de los hijos.

La regulación sobre el uso de la vivienda familiar tras un divorcio se encuentra principalmente en el artículo 96 del Código Civil. Este establece que, a falta de acuerdo entre los cónyuges, el uso de la vivienda familiar se atribuirá a los hijos y al progenitor con quien convivan. Sin embargo, la aplicación de esta norma puede variar considerablemente dependiendo de las circunstancias del caso, especialmente con respecto a la custodia de los hijos y la propiedad de la vivienda.

Uso de la vivienda familiar en caso de custodia monoparental

Cuando un solo progenitor tiene la custodia, normalmente ese progenitor y los hijos tienen derecho al uso de la vivienda familiar. Esto es independiente de si la propiedad de la vivienda es exclusiva del otro progenitor o compartida. Aunque un cónyuge sea el propietario, puede ser requerido que ceda el uso de la vivienda si esto favorece el bienestar de los hijos. Si la mujer divorciada tiene la custodia de los hijos menores, es muy probable que se le otorgue el derecho a usar la vivienda familiar.

En casos de custodia monoparental, el interés superior del menor es el criterio primordial para determinar quién debe permanecer en la vivienda familiar. Se busca que los hijos continúen viviendo en un entorno conocido y estable, lo que incluye permanecer en la misma vivienda para evitar cambios adicionales que puedan afectar su estabilidad emocional y social. También se considera la capacidad económica de ambos progenitores para mantener o encontrar una nueva vivienda. El objetivo es garantizar que el progenitor custodio tenga los medios necesarios para seguir proporcionando un hogar adecuado a los hijos.

Derechos de una mujer separada y sin trabajo

Este uso de la vivienda es en principio temporal y está condicionado a la necesidad de garantizar el cuidado y la educación de los hijos. Normalmente, el derecho de uso perdura hasta que los hijos alcanzan la mayoría de edad o hasta que las circunstancias cambien significativamente (por ejemplo, el progenitor custodio rehace su vida marital en un nuevo domicilio).

Uso de la vivienda familiar en caso de custodia compartida

En situaciones de custodia compartida, no hay una norma específica que regule automáticamente la atribución del uso de la vivienda, por lo que será el juez quien decida en base al interés superior del menor. Las soluciones pueden variar, como la atribución alternante del uso de la vivienda o incluso la asignación temporal a uno de los progenitores si se considera más necesitado de protección​.

Dado que ambos padres comparten la custodia y, por tanto, ambos son responsables de proporcionar un hogar estable para los hijos, hay varias formas en las que se puede gestionar el uso de la vivienda familiar:

  1. Alternancia de la vivienda: Uno de los modelos que se ha ido popularizando es el de la “casa nido”, donde son los niños quienes permanecen en la vivienda familiar y los padres son los que se alternan en ella según su período de custodia. Esto requiere que ambos progenitores tengan otro lugar de residencia durante los periodos en que no están con los hijos.
  2. Asignación temporal: En algunos casos, aunque la custodia sea compartida, el juez puede decidir que uno de los progenitores use la vivienda familiar por un período determinado, especialmente si hay razones que lo justifiquen, como la necesidad de menor adaptación para los niños o diferencias significativas en la situación económica de los progenitores.
  3. Venta o distribución del uso: Otra posibilidad es que se acuerde vender la vivienda y repartir los fondos según corresponda, o que uno de los progenitores compense al otro económicamente para adquirir su parte y tomar posesión completa de la vivienda.
  4. Uso compartido real: Aunque menos común, los padres pueden acordar un calendario en el que ambos utilizan la vivienda familiar alternadamente, sin necesidad de mantener una “casa nido”, pero esto suele requerir una relación muy armoniosa y una logística bien coordinada.

El enfoque adoptado dependerá en gran medida de las circunstancias específicas de la familia, las necesidades de los niños, y la capacidad de los padres de llegar a acuerdos. Los jueces siempre priorizarán el bienestar y la estabilidad de los menores al tomar estas decisiones.

Ayudas de una mujer separada y sin trabajo

Las mujeres separadas y sin empleo pueden acceder a diversas ayudas diseñadas para apoyarlas en su situación de vulnerabilidad económica y facilitar su reincorporación al mercado laboral. Te detallamos las principales ayudas disponibles:

Derecho a ayudas económicas de una mujer divorciada y sin trabajo

Las mujeres divorciadas y sin empleo tienen acceso a una serie de ayudas económicas diseñadas para apoyar su reintegración en el mercado laboral y ayudarlas a afrontar las dificultades financieras:

Ayudas por impago de pensión alimenticia

Aquellas madres que no reciben la pensión alimenticia acordada en el Convenio Regulador pueden solicitar un apoyo económico del Fondo de Garantía del Pago de Alimentos, que ofrece anticipos a quienes no reciben la pensión alimenticia acordada. La ayuda es de 100 euros mensuales por beneficiario, hasta un máximo de 18 meses.

Renta Activa de Inserción (RAI)

Dirigida a personas desempleadas de larga duración, mayores de 45 años, o víctimas de violencia de género, entre otros. Ofrece una ayuda económica y es necesario cumplir ciertos requisitos, como haber agotado otras prestaciones.

Los solicitantes deben estar inscritos como demandantes de empleo. No deben superar los ingresos mensuales propios que equivalgan al 75% del salario mínimo interprofesional, excluyendo la parte proporcional de dos pagas extraordinarias. También deberán comprometerse activamente en la búsqueda de empleo, aceptar un puesto de trabajo adecuado y participar en acciones de mejora para la empleabilidad.

La ayuda se ofrece por un máximo de 11 meses y puede alcanzar hasta 5.280 euros en total, dependiendo del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples).

Ingreso Mínimo Vital

Destinado a hogares en situación de vulnerabilidad económica. El IMV busca garantizar un nivel mínimo de ingresos a quienes se encuentran en situación de pobreza severa.

Para ser beneficiario del IMV, es necesario cumplir con varios requisitos de residencia, económicos y de configuración familiar. Los solicitantes deben tener una residencia legal y continua en España durante al menos el año anterior a la solicitud, excepto en casos específicos como menores recién incorporados a la unidad familiar o víctimas de violencia de género o trata de seres humanos. También deben demostrar que los ingresos y el patrimonio neto de su hogar no superan ciertos umbrales establecidos para considerarse en situación de vulnerabilidad económica.

La cuantía del IMV varía según la composición de la unidad de convivencia y se ajusta anualmente.

Ayudas para el alquiler y la vivienda

A nivel nacional, existen programas como el Plan Estatal de Vivienda que ofrece ayudas directas al alquiler, especialmente dirigidas a personas vulnerables y jóvenes, pero también accesibles bajo ciertas condiciones por mujeres divorciadas. Estas ayudas pueden cubrir hasta el 50% del alquiler mensual y están sujetas a requisitos de ingresos y otros criterios específicos.

Derecho a ayudas laborales de una mujer separada y sin trabajo

El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ofrece apoyos para la reinserción laboral a través de formación y asesoramiento profesional​. También suelen ofrecerse cursos de formación y recualificación para mejorar las habilidades y la empleabilidad de los desempleados.

Además, existen incentivos para empresas que contratan a personas en riesgo de exclusión laboral, como mujeres separadas sin empleo.

Derecho a recibir apoyo emocional

Los ayuntamientos a menudo ofrecen servicios de apoyo a través de sus departamentos de servicios sociales, que incluyen asesoramiento, apoyo psicológico y asistencia social. Además, puedes acudir a los Puntos de Encuentro Familiar. Estos centros ofrecen un espacio neutral para facilitar la relación de los niños con ambos progenitores en casos de separación conflictiva. Además, suelen proporcionar apoyo emocional y mediación.

También existen organizaciones dedicadas a apoyar a mujeres en proceso de separación o divorcio, como la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas. Estas organizaciones pueden ofrecer desde apoyo emocional y asesoramiento psicológico hasta asistencia legal gratuita.

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