El homicidio imprudente, dentro del ámbito penal, constituye un concepto esencial en la valoración de conductas que resultan en la pérdida de vidas humanas.
Este tipo de homicidio difiere del homicidio intencional en que no implica una intención deliberada de causar la muerte de otra persona, sino más bien la negligencia o falta de precaución que conduce a un desenlace fatal.
En este artículo, exploraremos en profundidad el concepto de homicidio imprudente, analizando sus elementos distintivos, su relevancia en el sistema legal y los desafíos que enfrenta tanto en la definición precisa como en la determinación de responsabilidad.
Contenidos:
Dentro de las categorías de homicidio, el homicidio imprudente, también conocido como homicidio culposo, constituye la variante de menor gravedad entre los diferentes tipos de homicidio que contempla la legislación penal.
Este tipo particular de homicidio se encuentra regulado en el artículo 142 del Código Penal y se configura cuando una persona provoca la muerte de otra sin tener la intención consciente de causar ese fallecimiento, es decir, sin poseer el deseo deliberado de matar (animus necandi), sino más bien debido a una falta de cuidado o imprudencia por parte del agresor.
Esto implica que el individuo actúa incumpliendo con el deber de cuidado que le corresponde objetivamente, es decir, no sigue las normas de precaución o diligencia que se esperarían de cualquier ciudadano en su posición.
1. El que por imprudencia grave causare la muerte de otro, será castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisión de uno a cuatro años.
ART. 142 CP
Si el homicidio imprudente se hubiera cometido utilizando un vehículo a motor o un ciclomotor, se impondrá asimismo la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores de uno a seis años. A los efectos de este apartado, se reputará en todo caso como imprudencia grave la conducción en la que la concurrencia de alguna de las circunstancias previstas en el artículo 379 determinara la producción del hecho.
Si el homicidio imprudente se hubiera cometido utilizando un arma de fuego, se impondrá también la pena de privación del derecho al porte o tenencia de armas por tiempo de uno a seis años.
Si el homicidio se hubiera cometido por imprudencia profesional, se impondrá además la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un periodo de tres a seis años.
2. El que por imprudencia menos grave causare la muerte de otro, será castigado con la pena de multa de tres meses a dieciocho meses.
Si el homicidio se hubiera cometido utilizando un vehículo a motor o un ciclomotor, se impondrá también la pena de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores de tres a dieciocho meses.
Se reputará en todo caso como imprudencia menos grave aquella no calificada como grave en la que para la producción del hecho haya sido determinante la comisión de alguna de las infracciones graves de las normas de tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial. La valoración sobre la existencia o no de la determinación deberá apreciarse en resolución motivada.
Si el homicidio se hubiera cometido utilizando un arma de fuego, se podrá imponer también la pena de privación del derecho al porte o tenencia de armas por tiempo de tres a dieciocho meses.
Salvo en los casos en que se produzca utilizando un vehículo a motor o un ciclomotor, el delito previsto en este apartado solo será perseguible mediante denuncia de la persona agraviada o de su representante legal.
Un ejemplo clásico de homicidio imprudente se da en los casos de accidentes de tráfico, donde un conductor, distraído por el uso de su teléfono móvil, atropella a un peatón, causando el fallecimiento de este último debido directamente a la falta de atención del conductor.
Es fundamental que exista una relación de causalidad clara entre el resultado de la muerte y la negligencia del agresor, de manera que si este último hubiera actuado con el nivel mínimo de precaución que se le exige, el desenlace fatal no se habría producido.
Para considerar la existencia de un delito de homicidio imprudente y atribuir la responsabilidad al perpetrador, se deben cumplir los siguientes requisitos:
Estos criterios son fundamentales para evaluar si se ha cometido un delito de homicidio imprudente y para establecer la imputación de responsabilidad al individuo responsable.
El homicidio imprudente se configura cuando la vida de otra persona se pierde debido a la negligencia de un individuo, quien ha incumplido tanto con el deber de cuidado objetivo como subjetivo que le correspondía.
El Código Penal establece una distinción entre el homicidio por imprudencia grave y el homicidio por imprudencia menos grave.
En el caso del homicidio por imprudencia grave, el artículo 142.1 contiene sus disposiciones, y este acto es castigado con penas de prisión que oscilan entre uno y cuatro años, junto con otras consecuencias legales accesorias.
Esta categoría de homicidio se manifiesta en tres contextos particulares:
De esta manera, la ley busca graduar las consecuencias legales según el grado de negligencia y las circunstancias específicas en las que tuvo lugar el acto homicida.
Asimismo, se llevará a cabo una clasificación en dos subcategorías, en función del número de fallecidos resultantes (lo cual influirá en la determinación de la pena posterior, a juicio del magistrado):
Homicidio por imprudencia grave agravado: engloba situaciones en las que se produce la muerte de dos o más personas, o bien la muerte de una persona junto con varios heridos.
Homicidio imprudente grave superagravado: se aplica en casos en los que se registra la muerte de múltiples personas.
En los casos previstos en el número 1 del artículo anterior, el Juez o Tribunal podrá imponer motivadamente la pena superior en un grado, en la extensión que estime conveniente, si el hecho revistiere notoria gravedad, en atención a la singular entidad y relevancia del riesgo creado y del deber normativo de cuidado infringido, y hubiere provocado la muerte de dos o más personas o la muerte de una y lesiones constitutivas de delito del artículo 152.1.2.º o 3.º en las demás, y en dos grados si el número de fallecidos fuere muy elevado.
Artículo 142 bis CP
El homicidio por imprudencia en el ejercicio profesional se origina cuando la negligencia o imprudencia de un profesional en el desarrollo de su labor causa la muerte de otra persona. En tales casos, además de enfrentar una posible pena de prisión, el individuo responsable podría ser sentenciado a una inhabilitación temporal para ejercer su profesión.
Ejemplos de este tipo de homicidio involucran errores médicos, descuidos en el ámbito de la construcción o fallos en la supervisión de actividades riesgosas. Estos incidentes, surgidos de la imprudencia en el ejercicio profesional, acarrean implicaciones legales significativas y demandan una rendición de cuentas dentro del sistema judicial.
El homicidio por imprudencia menos grave está contemplado en el artículo 142.2 del Código Penal. La sanción prevista es una multa que oscila entre tres meses y dieciocho meses, además de otras posibles consecuencias legales accesorias.
Este tipo de delito solo puede ser perseguido si la víctima afectada o su representante legal presentan una denuncia. Se aplica en situaciones en las cuales el juez estima que la negligencia del perpetrador no alcanza el umbral necesario para ser considerada como grave.
El homicidio por imprudencia menos grave puede manifestarse en dos escenarios específicos:
Así, el Código Penal establece un enfoque diferenciado para tratar el homicidio por imprudencia menos grave, adaptando las sanciones en correspondencia al nivel de negligencia demostrado por el infractor.
Un ejemplo común de homicidio imprudente emerge en los accidentes de tráfico. En tales situaciones, la falta de diligencia o descuido de un conductor puede resultar en el fallecimiento de otra persona, llevando a la posibilidad de enfrentar acusaciones por homicidio imprudente.
Entre las acciones que podrían considerarse negligentes en este escenario, se destacan el exceso de velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol o sustancias ilícitas, así como no respetar las normativas de tráfico.
Estas conductas, por su naturaleza imprudente, pueden conllevar implicaciones legales y una rendición de cuentas ante el sistema judicial.
Aquí tienes algunos ejemplos de homicidio imprudente:
En el homicidio imprudente, la pena no está determinada por la gravedad del resultado, que siempre es la pérdida de vida, sino por el grado de negligencia exhibido por el responsable:
Además, la ley establece penalizaciones adicionales para el homicida en casos de imprudencia, bajo las siguientes circunstancias:
Una de las diferencias entre homicidio imprudente y asesinato radica en que el asesinato se configura como una variante agravada del homicidio, involucrando una serie de circunstancias que acentúan la gravedad de los hechos.
Precisamente, en el caso del homicidio, la modalidad de comisión del acto homicida es de menor relevancia, siempre y cuando no se verifiquen los elementos que tipifican el asesinato.
No obstante, el término “asesinato” se emplea únicamente cuando se presentan elementos como la alevosía, el móvil de precio, recompensa o promesa, el ensañamiento, o la acción dirigida a facilitar u ocultar otro delito. Estas circunstancias son indispensables para que un acto homicida sea considerado un asesinato.
Consecuentemente, las sanciones legales para estos dos delitos también exhiben diferencias sustanciales. El homicidio conlleva penas privativas de libertad que oscilan entre 10 y 15 años, y si se involucra alguna de las circunstancias contempladas en el artículo 140.1, la sanción se impone en su tramo más alto (de 12 años y medio a 15 años).
Estas circunstancias incluyen la victimización de un individuo menor de 16 años, el homicidio como secuela de un delito sexual perpetrado por el autor contra la víctima, y la vinculación del autor con una entidad criminal.
Por otro lado, el homicidio imprudente se sanciona con penas que abarcan de 1 a 4 años de privación de libertad.
En contraste, el delito de asesinato conlleva penas que van desde 15 hasta 25 años de prisión. En los casos en que se entrelacen múltiples circunstancias que tipifican el asesinato, la sanción se ubica en su segmento superior (es decir, de 20 a 25 años de prisión).
Es importante destacar que el asesinato puede también resultar en la imposición de la pena de prisión permanente revisable, ya sea por las causas mencionadas en el artículo 140.1, o si el condenado es responsable de la muerte de más de dos personas.
Un rasgo diferencial adicional entre estos dos delitos radica en la modalidad de comisión. Mientras que el homicidio puede llevarse a cabo de manera negligente o imprudente, incluso en casos de homicidio preterintencional donde no media ni negligencia ni imprudencia, el asesinato solo puede ser cometido de manera imprudente.
Esta particularidad en la naturaleza del asesinato se deriva de las circunstancias que definen este delito, las cuales implican una intencionalidad en el acto homicida.
En el contexto de desgarradores fallecimientos en accidentes viales, las secuelas abarcan desde un fuerte impacto emocional hasta repercusiones económicas, especialmente cuando la víctima era el pilar financiero de la familia. Aquí, cinco grupos potenciales pueden ser beneficiarios de indemnizaciones por muerte en esta situación: descendientes, ascendientes, hermanos, cónyuges viudos y allegados. Cada grupo es tratado de manera diferente según su relación con la víctima y las circunstancias específicas del accidente.
Calibrando la Compensación por Fallecimiento en Accidentes de Tráfico
Indemnización para Cónyuges Viudos
Perjuicio Personal Básico: En el caso de cónyuges viudos, la indemnización varía según la duración de la convivencia. Por ejemplo, si la víctima tenía 67 años o menos y la convivencia duró hasta 15 años, la suma es de 93,135.30 €. Si la edad de la víctima está entre 67 y 80 años, el monto se reduce a 72,348.56 €, y si supera los 80 años, disminuye a 51,741.83 €. Estas cifras se incrementan con 1,034.84 € por cada año adicional de convivencia demostrada.
Perjuicios Personales Particulares y Excepcionales: En el caso de cónyuges viudos, ciertos factores pueden aumentar la indemnización. Una discapacidad del cónyuge viudo de al menos el 33%, ser el único afectado por el fallecimiento, o el deceso de madres gestantes añaden sumas adicionales.
Perjuicios Patrimoniales: Se contemplan los gastos derivados del fallecimiento, como costos funerarios o gastos de manutención y alojamiento, cubiertos hasta 413.93 € o más en caso de comprobación.
Lucro Cesante: Se calcula en base a los ingresos netos del fallecido por su trabajo del año anterior. Si estaba jubilado, se considera la pensión de jubilación. Desempleados toman en cuenta prestaciones por desempleo, y aquellos que solo se dedicaban al hogar se calculan mediante un salario mínimo ficticio.
Indemnizaciones para Otros Familiares y Allegados
Las cantidades varían según la relación con la víctima. Es importante resaltar que los montos no son excluyentes; cada familiar recibe su indemnización según el baremo establecido.
1º Etapa: Iniciar la Reclamación por Homicidio Imprudente
En casos dolorosos de accidentes mortales en el trabajo, diversos actores, como la Policía Nacional, médicos forenses y jueces, entran en escena. El médico forense elabora un informe detallado para entender las causas detrás del fallecimiento. Al mismo tiempo, el inspector de trabajo investiga meticulosamente, evaluando tanto las circunstancias como las medidas de seguridad existentes, con el objetivo de detectar cualquier posible negligencia.
2º Etapa: Responsabilizar a los Encargados de la Seguridad Empresarial
Si se observan signos de negligencia, comienza una investigación que podría dar lugar a un caso por homicidio imprudente. En este proceso, se toman declaraciones a testigos, a los individuos involucrados en la gestión de la empresa y a expertos en la materia. Los abogados entran en acción, presentando pruebas que puedan respaldar sus argumentos. Es en este momento que un abogado especializado se vuelve fundamental, ya que es crucial contar con alguien que comprenda en profundidad las complejidades de los casos de homicidio imprudente.
3º Etapa: Evaluar la Negligencia Penal
No todos los trabajos son iguales y, por ende, las normativas para prevenir riesgos laborales varían según el sector. Los abogados expertos en este tipo de situaciones estudian a fondo las circunstancias específicas de cada caso para poder defender de la mejor manera posible los intereses de sus representados.
La Responsabilidad Empresarial: El encargado de la seguridad en la empresa tiene la tarea de garantizar que los empleados reciban la formación adecuada para sus labores y que cuenten con las medidas de seguridad necesarias. Esto puede incluir proveer equipos de protección, como cascos y arneses, y asegurarse de que todos cumplan con estas medidas. En última instancia, si se incumple con estas obligaciones, podría implicar el despido del trabajador.
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