Cuando una persona es privada de su libertad sin justificación legal, encerrándola o deteniéndola, se comete un acto ilícito conocido como detención ilegal. Este delito se encuentra clasificado bajo la categoría de delitos contra la libertad en el sistema legal español y se perfecciona cuando un individuo, de manera no autorizada, restringe la movilidad de otro, arrebatándole su libertad ambulatoria. La legislación que lo regula se halla detallada en los artículos 163 a 168 del Código Penal de España.
A pesar de que, según el Instituto Nacional de Estadística, el delito de detención ilegal no ostenta la notoriedad de otros delitos en nuestro país, no se puede subestimar su presencia en la sociedad. Estadísticas recopiladas entre 2019 y 2021 reportan un promedio de 210 casos de detención ilegal en España durante ese periodo, y en el pasado 2022 fueron 187 los casos reportados.
Este artículo tiene como objetivo proporcionar un análisis exhaustivo de la naturaleza de la detención ilegal en el contexto legal español, así como destacar los derechos que amparan a los ciudadanos frente a esta grave infracción.
Contenidos:
Una detención ilegal implica restringir la libertad de movimiento de un individuo al encerrarlo o detenerlo, privándole de su capacidad para desplazarse libremente. En términos sencillos, se trata de un delito en el cual una persona, entidad, o funcionario público retiene o encierra a otro individuo, forzándolo a permanecer en un espacio específico en contra de su voluntad y limitando su libertad de movimiento.
Por otra parte, también se considera una detención ilegal cuando un particular retiene a una persona con la intención de llevarla ante la autoridad, fuera de los casos explícitamente permitidos por las leyes.
Dentro del espectro de los delitos dolosos que afectan la libertad individual, existen diversas modalidades, como las coacciones y las amenazas, que se traducen en conductas que menoscaban la autonomía de la víctima de diferentes maneras.
Sin embargo, el ataque contra la libertad se manifiesta de manera más patente en el delito de detención ilegal, ya que este atentado se centra en la libertad ambulatoria de las personas. Este aspecto se refiere a la facultad fundamental de moverse libremente de un lugar a otro, que constituye un pilar esencial de la libertad humana. Cabe destacar que para que se configure este delito, es necesario que se haya actuado con dolo.
La detención se erige como una medida coactiva que implica la privación temporal de la libertad de un individuo por un período definido.
En el contexto de nuestro sistema legal, la detención asume dos modalidades: una medida cautelar personal, cuando su propósito radica en poner a disposición del tribunal a la persona detenida; y una medida ejecutiva, cuando se emplea para recluir a un individuo en prisión, ya sea por la imposición de prisión provisional o la ejecución de una pena privativa de libertad, especialmente cuando la persona se encuentra fugada o en situación de rebeldía.
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Asimismo, la detención puede ser realizada por particulares, agentes policiales o bajo una orden expresa del poder judicial, lo que determina si es una detención particular, policial o judicial, respectivamente.
El delito de detención ilegal se encuentra regulado en el Código Penal, específicamente en su Título VI (Delitos contra la libertad), bajo el Capítulo I (De las detenciones ilegales y secuestros), abarcando los artículos 163 a 168.
También está afectado por unos requisitos recogidos en diversas disposiciones legales en España, incluyendo el artículo 17 de la Constitución Española, los artículos 489 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el artículo 61.d de la Ley Orgánica sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, y el artículo 19 de la Ley de Seguridad Ciudadana.
Cualquier individuo puede realizar una detención a:
La autoridad judicial, el Ministerio Fiscal y la Policía judicial tienen la responsabilidad de detener a:
No se puede detener a una persona por simples faltas, conocidas actualmente como delitos leves, a menos que no tenga un domicilio conocido o no pueda pagar la fianza que la autoridad o la policía considere suficiente.
Es relevante mencionar que la detención con el único propósito de identificar a una persona es legal en el caso de que no tenga documentos de identificación, según lo estipulado en el artículo 19 de la Ley de Seguridad Ciudadana.
Por último, existe una causa de detención cautelar específicamente regulada en el artículo 61.d de la Ley Orgánica sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, que permite la detención por orden de la Autoridad gubernativa competente de los extranjeros sometidos a expediente de expulsión, siguiendo las garantías establecidas por la ley, así como de aquellos sometidos a un procedimiento de extradición.
Para que una detención se ajuste a los parámetros legales, es imperativo que se base en alguna de las causas establecidas en el artículo 489 y posteriores de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Estas causas se examinan y categorizan de acuerdo con las personas autorizadas para llevar a cabo la detención. A continuación, se presentan algunos ejemplos de detención ilegal:
Se considera detención ilegal cuando se priva de libertad sin una justificación legal en diversos lugares, sin necesidad de que sea una instalación penitenciaria. Esto puede incluir centros de salud mental, instituciones para menores, instalaciones militares o incluso una residencia privada.
Se califica como detención ilegal cuando, a pesar de cumplir inicialmente con los requisitos legales, se extiende más allá del límite legalmente permitido sin la liberación del detenido o su presentación ante una autoridad judicial.
El tiempo máximo de detención está regulado en los artículos 17 de la Constitución Española y 520 y 520 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal:
Los derechos del detenido se encuentran detallados en el artículo 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y si no se respetan, la detención se considera ilegal.
El artículo 163, en su segundo apartado, prevé una pena reducida en situaciones donde el culpable, dentro de los tres primeros días de la detención ilegal, libera a la persona detenida sin haber alcanzado su objetivo original.
En tales casos, se impone una pena de prisión menor, que oscila entre dos y cuatro años, siendo la pena máxima reducida en un día.
Cuando un individuo retiene a otro contra su voluntad con el propósito de llevarlo ante las autoridades, excepto en situaciones legalmente permitidas, se aplica una sanción más leve, que se traduce en una multa de tres a seis meses.
Además, el artículo 168 contempla la disminución de la pena en uno o dos grados cuando se instiga, conspira o propone la comisión de los delitos abarcados por los artículos 163 a 167.
El delito de detención ilegal puede revestir grados agravados en diferentes situaciones:
Cuando el responsable de alguno de los delitos de detención ilegal o secuestro ostenta un cargo de autoridad o es funcionario público, las sanciones se incrementan hasta su mitad superior, y existe la posibilidad de imponer una pena superior en grado, de acuerdo con lo establecido en el artículo 167.1. Para que esto se aplique, deben cumplirse los siguientes requisitos:
Asimismo, las penas mencionadas en el artículo 167.2 serán impuestas en los siguientes casos:
Además, el artículo 167.2 estipula una pena adicional de inhabilitación absoluta por un período de 8 a 12 años en todos estos escenarios.
Los secuestros son acontecimientos poco habituales en nuestra nación. En contraste, lo que se verifica con mayor frecuencia son las detenciones ilegales cometidas por las autoridades. La legitimidad de una detención policial se vincula estrechamente con el cumplimiento de garantías estipuladas en el artículo 17 de la Constitución Española.
Dentro de este contexto, se considera una detención como ilegal cuando:
En tales situaciones, se podrá solicitar la activación del proceso de Habeas Corpus, con el propósito de que la autoridad judicial pueda proceder a la pronta restitución de la libertad del detenido.
Mediante el habeas corpus, se asegura que el detenido sea presentado de forma inmediata y en público ante un juez, quien determinará la legalidad de la detención y decidirá si debe mantenerse o no.
Los casos en los que una detención podría considerarse ilegal se encuentran detallados en el artículo 1 de la Ley que regula el procedimiento de Habeas Corpus.
¿Quiénes pueden solicitarlo?
Una vez solicitado, el juez está obligado a resolver en el tiempo estrictamente necesario, con un límite máximo de 24 horas.
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