¿Qué es el divorcio?
El divorcio es un concepto jurídico introducido en 1981 gracias a la modificación del Código Civil, mediante el cual dos cónyuges unidos en matrimonio pueden finalizar la relación que les une y casarse de nuevo con otra persona, además de poner fin a la sociedad económica en régimen de gananciales creada en común.
En el año 2005, gracias a la reforma del Código Civil y la LEC (Ley de Enjuiciamiento Civil) se impulsó mucho este proceso, gracias a la supresión de la obligación de separación judicial previa y la extinción de las causas de divorcio (por las cuales, sólo podías divorciarte si existía alguna de estas causas, tales como la infidelidad. Ya no existen).
Cabe destacar que la separación aún sigue existiendo, como procedimiento independiente al del divorcio.
Tipos de divorcio
Lo que diferencia entre unos y otros divorcios no es más que la voluntad de los cónyuges y lo dispuestos que estén a hablar y a entenderse. Debido a esto, hay dos opciones para divorciarse: de mutuo acuerdo y llegando a una solución entre ambos, o acudir a los tribunales y que el juez decida:
- Divorcios de mutuo acuerdo: Es la forma de divorciarse más económica, más rápida y también la menos lesiva, sobre todo para otras personas involucradas como hijos. Se basa en completar un Convenio Regulador en el que se establece cómo se reparten los bienes, cómo será la custodia de los hijos si los hubiese, y las pensiones tanto alimenticias como compensatorias. Sin duda es la forma amable de divorciarse, de ahorrar dinero y malas situaciones, como la visita de los pequeños a un tribunal. Consulta nuestra guía sobre el divorcio express o de mutuo acuerdo.
- Divorcios contenciosos: En este caso será el juez quien decide, y sólo se accederá a él en caso de la no conciliación entre los dos cónyuges (si no son capaces de ponerse de acuerdo). Es un proceso mucho más dilatado en el tiempo, y también más complejo. Consulta nuestra guía sobre el divorcio contencioso.
¿Cómo divorciarse? Pasos
Para tomar una buena decisión, será necesario conocer el proceso para hacerlo, así como las consecuencias derivadas de este proceso.
- Para divorciarse de mutuo acuerdo, los cónyuges deben llevar al menos 3 meses casados. Deben redactar un Convenio Regulador en el que se establezca cómo actuar tras el divorcio, en relación a los hijos, el patrimonio común o la disolución de los bienes comunes, las pensiones compensatorias o alimenticias…
Para la redacción de este Convenio Regulador, será de mucha ayuda la intervención de un abogado especializado en Derecho de Familia. será necesaria al menos la intervención de un abogado y un procurador para el proceso. Una vez redactado, deberá formalizarse. Esto se consigue tras la presentación ante el juzgado o ante el notario (existe la posibilidad de divorciarse ante notario cuando no existan menores, es un modo más rápido) de la demanda de divorcio y el Convenio Regulador. Una vez tengamos la escritura pública notarial o la sentencia judicial, el divorcio debe ser inscrito en el Registro Civil para que pueda surtir efectos frente a terceros.
Cuando existan hijos en común, deberá intervenir en el procedimiento el Ministerio Fiscal, para garantizar el interés del menor.
- Para divorciarse sin acuerdo (de manera contenciosa), cada cónyuge deberá contar con un abogado y un procurador distintos (aumentando el coste del divorcio). En este caso será el juez quien decida el contenido del Convenio Regulador. El proceso comienza a través de la interposición de demanda de divorcio, proponiendo las medidas a adoptar. Esta demanda será notificada al otro cónyuge, quien podrá aceptar las medidas propuestas o proponer otras distintas. Después se celebrará la vista, en la que las partes expondrán y justificarán sus medidas, y será el juez quien dicte en su sentencia cómo se regulará la ruptura.